La técnica se lleva a cabo bajo anestesia general y bloqueo muscular, y puede realizarse mediante cirugía abierta, laparoscópica o por vía percutánea. Los electrodos se colocan en la zona a tratar, con una distancia entre los mismos de entre 1,5 y 2 cm para crear el campo eléctrico necesario para el tratamiento. Cada ciclo consiste en pulsos cortos (90 mS) de un alto voltaje de corriente continua (90 Amp) y se espera un tiempo entre la aplicación de distintos ciclos (un ciclo suele completarse en menos de 2 minutos).